Si se revisa la historia, la RSE, nace a comienzos del siglo XX, pensada en la filantropía (dar por dar, sin seguimiento y estrategia empresarial); y se fortalece en los 50′s y 60′s. Se inicia con la idea de que si las empresas usan recursos que posee una sociedad, ésta debe devolverle a la sociedad los beneficios que genera por ese uso.

La gestión de la responsabilidad social en las empresas se considera como un proceso de cambio organizacional, y algunas ideas y sugerencias relativas al diseño organizacional tienen que ver directamente con el papel de los directores, gerentes, colaboradores, estructuras administrativas, políticas y estrategias llevando a un relacionamiento favorable con stakeholders, generando una sostenibilidad (hoy) y sustentabilidad (futuro) empresarial (estrategia) transversal en toda la organización, la cual da respuesta a los requerimientos de sellos de calidad que puede lograr una empresa (ISO 26000), diferente a las acciones de filantropía las cuales no consiguen el objetivo de integrar la RS en la organización (ISO 26000)  

Hay que partir de la base de que la introducción de la Responsabilidad Social en una empresa, requiere cambiar la forma de cómo se desempeñan las tareas, y por sobre todo, cambiar la cultura de la organización. No se trata solamente de crear políticas y procesos. La medida de éxito de la introducción de la Responsabilidad Social en una empresa es, precisamente, que la empresa cambie su forma de actuar, de tomar decisiones y, por ende, su aporte y relación con el mercado y la sociedad. No hay un diseño único de organización que se pueda aplicar a cualquier empresa y que asegure el éxito de la introducción de la responsabilidad social. La efectividad depende del modelo de negocio y la adecuación al contexto donde opera, es decir, articularse en tres nodos o mejor llamado el triple resultado: ambiental, económico y social.